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Tratamiento con hormonas después de la menopausia y el riesgo de desarrollar cáncer

Tratamiento con hormonas menopáusicas y el riesgo de desarrollar cáncer de mama

El estudio de estrógeno más progestina de la WHI concluyó que el estrógeno más la progestina incrementan el riesgo de cáncer invasor de mama.

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Después de cinco años de seguimiento desde el principio del estudio, las mujeres que tomaron estas hormonas presentaron un aumento de 24 % del riesgo de cáncer de mama en comparación con las mujeres que tomaron el placebo.

El aumento correspondió a 8 casos más de cáncer de mama por cada 10 000 mujeres que tomaron estrógeno más progestina durante un año, en comparación con 10 000 mujeres que tomaron el placebo (7).

Un análisis detallado de los datos del estudio de estrógeno más progestina de la WHI mostró que, entre las mujeres que tomaron estrógeno más progestina, los cánceres de mama eran un poco más grandes y fueron diagnosticados en estadios más avanzados que los cánceres de mama entre las mujeres que tomaron el placebo.

Entre las mujeres que tomaron el estrógeno más la progestina, el 25,4 % de los cánceres se habían diseminado fuera de la mama a órganos o ganglios linfáticos cercanos, en comparación con el 16,0 % entre las mujeres que no los tomaron.

Las mujeres que tomaron estrógeno más progestina tuvieron también mamografías más anormales (radiografías de la mama que requirieron más evaluación) que las mujeres que tomaron el placebo (7).

El estudio de estrógeno solo de la WHI concluyó que tomar estrógeno no incrementó el riesgo de cáncer de mama en las mujeres que se habían sometido a histerectomía anteriormente, al menos durante los 7 años de seguimiento del estudio.

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Análisis adicionales de los datos del estudio indicaron una disminución de 20 % en el riesgo de cáncer de mama en las mujeres que tomaron estrógeno solo, aunque esta disminución se vio principalmente en la ocurrencia de cáncer de mama de estadio inicial y de cáncer de mama ductal (un tipo específico de cáncer de mama que empieza en el revestimiento de los conductos de leche en la mama) (8).

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La disminución observada llegó a 6 casos menos de cáncer de mama por cada 10 000 mujeres que tomaron estrógeno durante un año, en comparación con 10 000 mujeres que no tomaron la hormona. Sin embargo, la disminución reportada no tuvo relevancia estadística; o sea, la disminución pudo haber ocurrido por casualidad en vez de estar relacionada con el uso del estrógeno solo (8). El estudio de estrógeno solo mostró también un incrementó importante en el número de mamografías anormales (8).

Una revisión a fondo de los datos de 51 estudios epidemiológicos (de población) publicada en los años ochenta y noventa encontró un incremento estadísticamente significativo del riesgo de cáncer de mama entre quienes estaban usando o habían usado recientemente cualquier terapia de reemplazo hormonal en comparación con el riesgo entre quienes no la habían usado.

La mayor parte de las mujeres en el análisis (88 %) habían usado el estrógeno solo y los datos de quienes usaron estrógeno más progestina no fueron analizados por separado.

El análisis de todos los datos juntos indicó también que el riesgo de cáncer de mama aumentó al aumentar el tiempo de uso de la hormona; este efecto fue más evidente en mujeres con un bajo peso corporal o índice bajo de masa corporal.

Sin embargo, fue menos probable que los cánceres de mama entre las mujeres que tomaron hormonas se propagaran a otras partes del cuerpo en comparación con los cánceres de mama entre las que no usaron la hormona.

El incremento en el riesgo de cáncer de mama desapareció en gran parte, si no completamente, cerca de 5 años después de dejar de usar las hormonas (9).

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Como parte del Estudio del Millón de Mujeres, los investigadores examinaron seis tipos de cáncer de mama entre quienes tomaron o no las hormonas menopáusicas.

Según los resultados, los efectos del uso de las hormonas variaron entre los tipos de cáncer de mama. En general, el riesgo de cáncer de mama aumentó de manera importante entre quienes estaban usando las hormonas, pero disminuyó entre las mujeres con un índice de masa corporal más alto (5).

Tratamiento con hormonas menopáusicas y el riesgo de desarrollar cáncer de endometrio

Los estudios han indicado que la exposición a largo plazo del útero al estrógeno solo aumenta el riesgo que se presente cáncer de endometrio en la mujer.

El riesgo asociado con el uso del estrógeno más la progestina parece ser mucho menor, pero hay datos que sugieren que el riesgo todavía es mayor que el riesgo de quienes no toman las hormonas. Todavía no se conocen con claridad los efectos a largo plazo del estrógeno más la progestina en el riesgo de cáncer de endometrio (10).

Según el estudio de estrógeno más progestina de la WHI, los índices de cáncer de endometrio en mujeres que tomaron estrógeno más progestina todos los días eran iguales a, o posiblemente más bajos que, los índices de las mujeres que tomaron el placebo.

El sangrado uterino, sin embargo, resultó ser un efecto secundario común, lo cual llevó a más biopsias y ecografías en mujeres que tomaban estrógeno más progestina en comparación con las mujeres que tomaban el placebo (11).

El Estudio del Millón de Mujeres confirmó el riesgo menor de cáncer de endometrio entre mujeres que tomaban estrógeno más progestina en comparación con quienes tomaban estrógeno solo o tibolone, un esteroide sintético que no está disponible en los Estados Unidos (6).

Tratamiento con hormonas menopáusicas y el riesgo de desarrollar cáncer de ovario

Varios estudios de observación han encontrado que el uso de estrógeno solo está relacionado con un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de ovario en mujeres que usaron la hormona durante 10 años o más.

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En un estudio de observación, se realizó el seguimiento de 44 241 mujeres menopáusicas durante 20 años aproximados y se concluyó que las mujeres que usaron estrógeno solo durante 10 años o más tenían doble posibilidad de padecer cáncer de ovarios en comparación con mujeres que no usaron hormonas menopáusicas (12).

Otro estudio grande de observación encontró también una relación entre el uso de estrógeno y la muerte por cáncer de ovario. En este estudio, el mayor riesgo pareció limitarse a mujeres que usaron estrógeno durante 10 años o más (13).

Los resultados del Estudio del Millón de Mujeres indicaron que las mujeres que tomaban al presente las hormonas menopáusicas tenían un riesgo mayor de presentar cáncer de ovarios y una probabilidad del 20 % de morir de esa enfermedad en comparación con las mujeres que no tomaron la hormona. Sin embargo, el riesgo mayor desapareció después de dejar de usar la hormona (4).

Según los datos del estudio de estrógeno más progestina de la WHI, puede haber un riesgo mayor de cáncer de ovarios con el uso de estrógeno más progestina (11). Después de un seguimiento de 5,6 años, se reportó un riesgo mayor de 58 % de cáncer de ovarios en las mujeres que usaron estrógeno más progestina en comparación con quienes no tomaron las hormonas.

Sin embargo, el riesgo mayor no fue importante estadísticamente. Un estudio de observación sugiere que los regímenes de estrógeno más progestina no incrementan el riesgo de cáncer de ovarios si la progestina se usa más de 15 días al mes (14), pero este estudio fue demasiado pequeño como para llegar a conclusiones concretas.

Se necesita realizar más investigaciones para aclarar la relación entre el uso de las hormonas menopáusicas, especialmente del estrógeno más la progestina, y el riesgo de cáncer de ovarios.

Tratamiento con hormonas menopáusicas y el riesgo de desarrollar cáncer de colorrrectal.

Después de 5 años de seguimiento de mujeres que tomaron estrógeno más progestina, el estudio de estrógeno más progestina de la WHI reportó una reducción de 37 % en el número de casos de cáncer colorrectal en comparación con las mujeres que tomaron el placebo (1).

En promedio, los investigadores vieron que si un grupo de 10 000 mujeres toman estrógeno más progestina durante un año, habrá 6 casos menos de cáncer de colon en comparación con el grupo de mujeres que no tomaron las hormonas.

Estos resultados son consistentes con los estudios de observación, los cuales han sugerido que el uso de hormonas posmenopáusicas puede reducir el riesgo de cáncer colorrectal (115).

El estudio de estrógeno solo de la WHI concluyó que el estrógeno solo no tuvo un efecto significativo en el riesgo del cáncer colorrectal (3).

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Deberán tomar hormonas menopáusicas las mujeres con un historial de cáncer?

Una de las funciones del estrógeno que ocurre naturalmente es promover el crecimiento normal de células en los senos y el útero. Por esta razón, se piensa generalmente que el uso de estrógeno menopáusico por mujeres que ya han sido diagnosticadas con cáncer de mama puede causar que el tumor crezca más.

Los estudios sobre el uso de hormonas para aliviar los síntomas de la menopausia en las supervivientes del cáncer de mama han producido resultados conflictivos.

En un estudio, 434 supervivientes de cáncer de mama que recibieron estrógeno solo o estrógeno más progestina habían sido observadas durante 2 años cuando se detuvo el estudio porque los investigadores concluyeron que hasta el uso a corto plazo de terapia hormonal representaba un riesgo inaceptable de recurrencia de cáncer de mama.

Entre las participantes de este estudio, 26 mujeres del grupo que recibieron terapia hormonal volvieron a padecer cáncer de mama en comparación con 7 mujeres del grupo que no recibió la terapia de reemplazo hormonal (16). En otro estudio que incluyó a 378 mujeres con un seguimiento de 4 años, 11 mujeres que recibieron la terapia de reemplazo hormonal volvieron a padecer cáncer de mama en comparación con 13 mujeres del grupo que no recibió terapia de reemplazo hormonal, por lo que el riesgo de recurrencia del cáncer de mama no aumentó (17).

Una revisión de 15 estudios con un total de 1 416 supervivientes de cáncer de mama y 1 998 mujeres sin historial de cáncer de mama no reportó un incremento en el riesgo de recurrencia de cáncer debido al uso de terapia de reemplazo hormonal (18).

Hay pocas investigaciones sobre los riesgos asociados con el uso de hormonas menopáusicas por parte de mujeres que han tenido otros cánceres, en particular cánceres ginecológicos. Una revisión de las investigaciones publicadas no llegó a una conclusión concreta sobre la seguridad del uso de hormonas por mujeres con un historial de cáncer.

Sin embargo, las supervivientes de cáncer gástrico y de vejiga y meningioma pueden presentar un riesgo más alto de recurrencia. Las supervivientes de cánceres ginecológicos pueden tener un riesgo más alto porque estos cánceres suelen ser más dependientes de hormonas, pero se requiere más investigación (19).

Importa la manera en la que se administran las hormonas?

La mayor parte de los datos sobre los efectos a largo plazo de las hormonas para la salud provienen de investigaciones en las que las hormonas (el estrógeno solo o el estrógeno más la progestina) se administraron oralmente en pastilla.

También se usan las hormonas administradas por medio de parches transdérmicos o geles para tratar síntomas relacionados con la menopausia. Las cremas y los anillos vaginales que contienen estrógeno se pueden usar específicamente para la sequedad vaginal.

La progesterona puede obtenerse también en pastilla o gel. La cantidad de estrógeno que entra al torrente sanguíneo de las cremas o anillos vaginales que contienen estrógeno depende del tipo de hormona que se usa y la dosis.

Por lo general, la administración vaginal de hormonas resulta en concentraciones más bajas de hormonas en el torrente sanguíneo, en comparación con una dosis equivalente que se administra en forma oral. Ya que el epitelio vaginal (capa fina de tejido que cubre la vagina) responde a dosis muy bajas de estrógeno, se pueden usar cremas o geles que contienen estrógeno en dosis baja

Qué deben hacer las mujeres si tienen preocupación por tomar hormonas menopáusicas?

Aunque las hormonas menopáusicas ofrecen beneficios a corto plazo como el alivio de los sofocos de calor y la sequedad vaginal, existen inquietudes de salud asociadas con su uso. Las mujeres deberán preguntar a su proveedor de cuidado médico si deben tomar hormonas menopáusicas y qué alternativas pueden ser adecuadas para ellas.

La Administración de Alimentos y Drogas (Food and Drug Administration, FDA) de los Estados Unidos está aconsejando ahora a las mujeres que usen hormonas menopáusicas por el tiempo más corto posible y en la dosis más baja posible para controlar los síntomas.

Qué alternativas tienen las mujeres que deciden no tomar hormonas menopáusicas?

Para reducir el riesgo de enfermedad crónica, las mujeres pueden adoptar un estilo de vida saludable, hacer ejercicio regularmente, seguir una dieta saludable, limitar el consumo de alcohol, no empezar a fumar o, para las que fuman, tratar de dejar de fumar.

Las comidas ricas en calcio y vitamina D o suplementos dietéticos que contienen estos nutrientes pueden ayudar a prevenir la osteoporosis. Los resultados publicados por la WHI indicaron que tomar suplementos de calcio y vitamina D proporcionó algún beneficio para preservar la masa ósea y prevenir fracturas de cadera, especialmente entre las mujeres de 60 años de edad y mayores.

Aunque estos suplementos son, normalmente, tolerados, sí están asociados con un riesgo mayor de cálculos renales. Se ha determinado que otros medicamentos, como el alendronato (Fosamax®), raloxifeno (Evista®), y risedronato (Actonel®), previenen la pérdida de masa ósea. Además, la hormona paratiroidea (Forteo®) fue aprobada por la FDA para el tratamiento de osteoporosis.

Problemas a corto plazo relacionados con la menopausia pueden desaparecer por sí solos y no requieren terapia alguna. Hay terapia local disponible para síntomas específicos como la sequedad vaginal y problemas urinarios de vejiga. Algunas mujeres buscan alivio para los síntomas de menopausia mediante terapias alternativas o complementarias que no requieren una receta médica que contienen compuestos parecidos al estrógeno.

Algunas fuentes de estos compuestos parecidos al estrógeno son los productos a base de soya, cereales integrales, semillas oleaginosas (principalmente lino), legumbres y cimicifuga racemosa botánica. Sin embargo, los beneficios y los riesgos de muchas de estas sustancias no se han comprobado.

En un estudio financiado por los Institutos Nacionales de la Salud, Alternativas herbarias en la menopausia, participaron 351 mujeres, algunas posmenopáusicas y otras a punto de empezar la menopausia. Todas las mujeres sufrían sofocos y sudores nocturnos y recibieron suplementos herbarios, hormonas menopáusicas o ninguna terapia.

Las mujeres en los grupos de suplementos herbarios recibieron solo cimicifuga racemosa, un suplemento de múltiples hierbas (que incluía cimicifuga racemosa) o el suplemento de múltiples hierbas más asesoramiento para incrementar su consumo de productos de soya.

Las mujeres en los grupos que recibieron suplementos herbarios no experimentaron una reducción significativa en el número de sofocos y sudores nocturnos en comparación con las mujeres que no recibieron terapia. Las mujeres que recibieron hormonas menopáusicas tuvieron significativamente menos síntomas menopáusicos en comparación con las mujeres que no recibieron terapia (20).

Las mujeres deberán hablar con su médico sobre la mejor opción para ellas.

Bibliografia

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  2. Shumaker SA, Legault C, Rapp SR, et al. Estrogen plus progestin and the incidence of dementia and mild cognitive impairment in postmenopausal women: the Women's Health Initiative Memory Study: a randomized controlled trial. JAMA 2003; 289(20):2651–2662.   [PubMed Abstract]
  3. Anderson GL, Limacher M, Assaf AR, et al. Effects of conjugated equine estrogen in postmenopausal women with hysterectomy: the Women's Health Initiative randomized controlled trial. JAMA 2004; 291(14):1701–1712. [PubMed Abstract]
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  7. Chlebowski RT, Hendrix SL, Langer RD, et al. Influence of estrogen plus progestin on breast cancer and mammography in healthy postmenopausal women: The Women’s Health Initiative randomized trial. Journal of the American Medical Association 2003; 289(24):3243–3253.

  8. Stefanick ML, Anderson GL, Margolis KL, et al. Effects of conjugated equine estrogens on breast cancer and mammography screening in postmenopausal women with hysterectomy. Journal of the American Medical Association 2006; 295(14):1647–1657.

  9. Collaborative Group on Hormonal Factors in Breast Cancer. Breast cancer and hormone replacement therapy: Collaborative reanalysis of data from 51 epidemiological studies of 52,705 women with breast cancer and 108,411 women without breast cancer. Lancet 1997; 350(9084):1047–1059.

  10. Grady D, Gebretsadik T, Kerlikowske K, Ernster V, Petitti D. Hormone replacement therapy and endometrial cancer risk: A meta-analysis. Obstetrics and Gynecology 1995; 85(2):304–313.

  11. Anderson GL, Judd HL, Kaunitz AM, et al. Effects of estrogen plus progestin on gynecologic cancers and associated diagnostic procedures: The Women's Health Initiative randomized trial.Journal of the American Medical Association 2003; 290(13):1739–1748.

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  19. Biglia N, Gadducci A, Ponzone R, Roagna R, Sismondi P. Hormone replacement therapy in cancer survivors. Maturitas 2004; 48(4):333–346.

  20. Newton KM, Reed SD, LaCroix AZ, et al. Treatment of vasomotor symptoms of menopause with black cohosh, multibotanicals, soy, hormone therapy, or placebo: A randomized trial. Annals of Internal Medicine 2006; 145(12):869–879.

Fuente
El uso de terapia de reemplazo hormonal en la menopausia y el cáncer
Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos.

GeoSalud, 27 de abril del 2013

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