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El hipersulinismo, una condición frecuentemente subestimada

El hiperinsulinismo es una afección que hace que las personas tengan niveles anormalmente altos de insulina, la hormona que regula los niveles de glucosa en sangre.

A través de los años he venido haciendo investigación clínica, desarrollando estudios de función insulínica desde edades muy tempranas a personas no diabéticas. Estudios que en ese momento me mostraron problemas de hiperinsulinismo desde edades tempranas, asociadas a grados variables de intolerancia a los carbohidratos, que en estudios convencionales no se advertían.

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Existía el criterio médico habitual, de que este hiperinsulinismo era secundario a la presencia de la obesidad; no obstante, en mi experiencia clínica encontré en muchos pacientes, pre y adolescentes, que el hiperinsulinismo precedía a la aparición de ésta; y, cómo ahora esta claramente establecido, estos excesos de insulina pueden ser la causa de una serie de patologías futuras. El tratamiento preventivo, puede aminorar o hacer desaparecer estos síntomas iniciales.

Desde la década de los 90, empecé a hacer estudios habituales de calorimetría indirecta, que me mostró alteraciones reales en el cociente respiratorio, con cifras elevadas en muchos de ellos en estado de ayunas con sobreproducción de CO2, típico de quien está utilizando carbohidratos, disminución en el consumo de grasa y aumento del consumo de proteínas.

Asociando los estudios de insulina a estos hallazgos, se encuentra una correlación muy interesante de resistencia a la insulina y cocientes respiratorios altos. Esta asociación explicaba la facilidad de muchos pacientes para aumentar grasa de manera temprana. Y en muchos adultos, su resistencia a realizar dietas hipocalóricas y actividad física.

No se puede decir, por supuesto, que es el único mecanismo, pero que si es bastante habitual.  Esto implica, que hay una cantidad importante de personas evolucionando en este derrotero y que por desgracia la progresión del cuadro los lleva a la diabetes, que cuando se manifiesta ya lleva años de evolucionar. Por esta razón, no sorprende el hallazgo de muchos pacientes subdiagnosticados.

A manera de ejemplo, les menciono a mis pacientes, que el hiperinsulinismo (por razones epi o genéticas), les “prende una hoguera” y que luego sólo se le agrega leña al fuego mediante los malos hábitos de comida y el sedentarismo.

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El tema es largo y complejo, pero tiene implicaciones muy graves, como niñas adolescentes con aspecto masculino, personas hipertensas en la segunda década de su vida o infartos tempranos a los treintas y, aún más ,el desarrollo de diferentes tipos de cáncer.

Una condición típica en los pacientes avanzados es la aparición de la nefropatía, que se asocia a la hiperglicemia y su daño en la membrana basal.

Pero existe otro daño potencial y que puede revertirse en forma temprana. El hiperinsulinismo puede provocar a través de la liberación de prostaglandinas un estado de hiperfiltración glomerular, agravado por la obesidad, que en su evolución puede provocar glomerulopatía inicial, lo cual se puede observar con proteinuria y microalbuminuria leve.

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Esto es algo que los nefrólogos ven con alguna frecuencia y el tratamiento habitual es indicar bajar de peso, pero el problema está en la insulina elevada. Si este proceso continúa, se agrava con la aparición de la hiperglicemia de la diabetes abierta.

En resumen, existen herramientas tempranas que nos pueden ayudar a paliar el camino arrollador de la diabetes mellitus, pero deben comenzar en la niñez, adolescentes y adultos jóvenes, es más, desde la concepción.

Autor: Dr. Maximiliano Brenes Saba

​Actualizado: 1 de Diciembre, 2020

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