Impotencia o Disfunción Eréctil
Content on this page requires a newer version of Adobe Flash Player.
¿Qué es la disfunción eréctil?
La impotencia o disfunción eréctil es la incapacidad de conseguir una erección y/o insatisfacción con el tamaño, la rigidez y/o la duración de las erecciones. La disfunción eréctil afecta a millones de hombres.
Aunque se solía creer que se debía a problemas psicológicos, en la actualidad se sabe que del 80 al 90 por ciento de los casos de impotencia son causados por problemas físicos, por lo general relacionados con el suministro de sangre al pene. Ha habido muchos adelantos tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de la disfunción eréctil.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la disfunción eréctil?
Según los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health), la disfunción eréctil también es un síntoma de muchos trastornos y enfermedades.
Entre los factores de riesgo directos de la disfunción eréctil se pueden incluir los siguientes:
- Problemas de la próstata
- La diabetes de tipo 2
- El hipogonadismo asociado con varias enfermedades endocrinológicas
- La hipertensión (presión sanguínea alta)
- La enfermedad vascular y la cirugía vascular
- Los niveles altos de colesterol en la sangre
- Los niveles bajos de lipoproteínas de alta densidad.
- Las drogas.
- Las enfermedades neurogénicas.
- La enfermedad de Peyronie (distorsión o curvatura del pene).
- El priapismo (inflamación del pene).
- Depresión.
- El consumo de alcohol.
- La falta de educación sexual.
- Las técnicas sexuales deficientes.
- Las relaciones interpersonales inadecuadas.
- Muchas enfermedades crónicas, principalmente la insuficiencia renal y la diálisis.
- El fumar, que acentúa los efectos de otros factores de riesgo, como la enfermedad vascular o la hipertensión.
- La edad parece ser un factor de riesgo importante e indirecto, ya que está asociada con la probabilidad de aumento de los factores de riesgo directos, algunos de los cuales se mencionaron anteriormente.
Se calcula que cerca del 5 por ciento de los hombres se vuelven impotentes alrededor de los 40 años de edad, y del 15 al 25 por ciento antes de los 65 años de edad. La identificación exacta de los factores de riesgo y de la caracterización son esenciales para la prevención o para el tratamiento de la disfunción eréctil.
¿Cuáles son los diferentes tipos (y causas) de la disfunción eréctil?
A continuación se enumeran algunos de los diferentes tipos de impotencia y sus posibles causas:
Eyaculación prematura
La eyaculación prematura es la incapacidad de mantener la erección el tiempo suficiente para conseguir la satisfacción mutua. La eyaculación prematura se divide en primaria y secundaria:
Eyaculación prematura primaria
La eyaculación prematura primaria es un comportamiento que el hombre aprende en el inicio de su vida sexual activa. Al igual que cualquier comportamiento que se aprende, éste se puede modificar. Esta forma de eyaculación prematura primaria se llama impotencia psicogénica (opuesta a la orgánica o física). (El derrame venoso congénito es un subgrupo de eyaculación prematura primaria, causado por el derrame venoso congénito, en el cual el sistema de drenaje venoso del pene no se cierra adecuadamente.)
Eyaculación prematura secundaria
La eyaculación prematura secundaria ocurre cuando después de muchos años de eyaculación normal, la duración del coito se acorta progresivamente. La eyaculación prematura secundaria se debe a causas físicas que generalmente afectan a las arterias o venas del pene o a ambas.
Ansiedad de desempeño
La ansiedad de desempeño es una forma común de impotencia psicogénica generalmente causada por el estrés o por la ansiedad.
Depresión
La depresión es otra causa de impotencia psicogénica. Algunos medicamentos antidepresivos causan disfunción eréctil.
Impotencia orgánica
La impotencia orgánica afecta a las arterias o venas del pene o a ambas y es la causa más común de la impotencia, sobre todo en los hombres de edad avanzada. Cuando el problema es arterial, generalmente es causado por la arterioesclerosis o endurecimiento de las arterias, aunque la causa podría ser un trauma a las arterias. Los factores de riesgo controlables de la arterioesclerosis (el exceso de peso, la falta de ejercicio, el colesterol alto, la presión sanguínea alta y fumar cigarrillos) a menudo pueden causar disfunción eréctil antes de afectar al corazón. Muchos expertos creen que cuando las venas son la causa, el derrame venoso o "insuficiencia cavernosa" es el problema vascular más común.
Diabetes
La impotencia es común en personas con diabetes. En Estados Unidos hay 7,8 millones de hombres adultos con diabetes y se calcula que la 35 a 50 por ciento de ellos son impotentes. El proceso implica el endurecimiento prematuro e inusualmente severo de las arterias. Por lo común, las personas que tienen diabetes pueden sufrir de neuropatía periférica, que afecta a los nervios que controlan las erecciones.
Causas neurológicas
Hay muchas causas neurológicas (problemas de los nervios) de la impotencia. La diabetes, el alcoholismo crónico, la esclerosis múltiple, la intoxicación por metales pesados, las lesiones de la médula espinal y de los nervios, y los nervios dañados por operaciones pélvicas pueden causar disfunción eréctil.
Impotencia provocada por medicamentos
Una gran variedad de medicamentos recetados, como los medicamentos para la hipertensión, los medicamentos antidepresivos y contra la ansiedad, las gotas oculares para el glaucoma y los agentes quimioterapéuticos contra el cáncer son únicamente algunos de los muchos medicamentos asociados con la impotencia.
Impotencia provocada por hormonas
Las anomalías hormonales, como el aumento de prolactina (hormona producida por la glándula pituitaria anterior), el abuso de los esteroides por los físicoculturistas, demasiada o demasiado poca hormona tiroidea, y las hormonas administradas para tratar el cáncer de próstata pueden causar impotencia. Raramente la testosterona baja es responsable de la impotencia.
¿Cómo se diagnostica la disfunción eréctil?
Los procedimientos de diagnóstico de la disfunción eréctil pueden incluir los siguientes:
La historia médica y sexual del paciente - puede revelar condiciones o enfermedades que causan impotencia y ayuda a distinguir entre problemas de erección, eyaculación, orgasmo o deseo sexual.
Examen físico - para buscar evidencia de problemas sistémicos como los siguientes:
- Es posible que exista un problema en el sistema nervioso si el pene no responde como se espera a cierta palpación.
- Las características sexuales secundarias, como el patrón del cabello, pueden señalar problemas hormonales asociados con el sistema endocrino.
- Un aneurisma podría indicar problemas circulatorios.
- La impotencia puede deberse a características inusuales del pene.
Exámenes de laboratorio -entre los exámenes que pueden ayudar a diagnosticar la impotencia se incluyen el recuento de sangre, el análisis de orina, el perfil de lípidos y medir la creatinina y las enzimas hepáticas. Cuando la disminución del deseo sexual es un síntoma, la medida de la testosterona en la sangre puede proporcionar información acerca de problemas del sistema endocrino.
Examen psicosocial - ayuda a revelar factores psicológicos. La compañera o compañero sexual también pueden ser entrevistados para determinar las expectativas y percepciones que se encuentran durante el coito.
Tratamiento de la disfunción eréctil:
El tratamiento específico de la disfunción eréctil será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
- Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
- Qué tan avanzada está la enfermedad.
- Su tolerancia a ciertos medicamentos, procedimientos o terapias.
- Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
- Su opinión o preferencia.
Algunos de los tratamientos disponibles para la disfunción eréctil incluyen los siguientes:
El citrato de sildenafil (ViagraTM )
El citrato de sildenafil es el primer tratamiento no quirúrgico aprobado para la disfunción eréctil que no se administra por vía inyectable, ni se inserta directamente en el pene para alcanzar y mantener una erección. Esta medicación de administración por vía oral fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (US Food and Drug Administration, su sigla en inglés es FDA) para la venta con receta en el año 1998.
El citrato de sildenafil no causa directamente la erección del pene, pero afecta la respuesta a la estimulación sexual. Los expertos recomiendan que los hombres deben realizarse una historia médica y un examen físico completos para determinar la causa de la disfunción eréctil. Los hombres deben informar a sus médicos de todos los medicamentos que toman, incluidos los de venta sin receta médica, ya que existen medicamentos (además de los nitratos) cuya interacción con citrato de sildenafil puede ser negativa.
La FDA recomienda que los hombres sigan estas precauciones generales antes de tomar citrato de sildenafil:
Los hombres que reciben medicamentos con contenido de nitratos, como nitroglicerina, NO deben usar citrato de sildenafil. La toma de los dos medicamentos juntos puede bajar demasiado la presión sanguínea.
Las mujeres y los niños no deben utilizar citrato de sildenafil.
No se ha estudiado el uso de citrato de sildenafil en combinación con otros tratamientos para la disfunción eréctil; por consiguiente, no se recomienda usarla en combinación con otros tratamientos.
Los hombres ancianos presentan una sensibilidad especial a los efectos del citrato de sildenafil, factor que podría aumentar la posibilidad de desarrollar efectos secundarios.
Es posible que los hombres que tienen condiciones médicas que pueden causar una erección sostenida, como la anemia por células falciformes, la leucemia o el mieloma múltiple, o los hombres que tienen un pene de forma anormal no puedan tomar citrato de sildenafil.
Por otro lado, los hombres con enfermedades hepáticas o enfermedades de la retina, como la degeneración macular o la retina pigmentosa, probablemente no puedan tomar citrato de sildenafil, o quizá deban hacerlo en las dosis más bajas
Se están realizando estudios en pacientes con antecedentes de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, presión sanguínea muy baja o muy alta, insuficiencia cardíaca o dolor en el tórax inestable, ciertos trastornos de la vista, y pacientes que en los últimos 6 meses han tenido una frecuencia cardíaca irregular que podría poner en riesgo la vida.
Terapia de reemplazo hormonal
La terapia de reemplazo de testosterona puede mejorar la energía, el estado de ánimo y la densidad de los huesos, aumentar el peso y la masa muscular e intensificar el interés sexual en hombres de edad avanzada que pueden tener niveles deficientes de testosterona. Los suplementos de testosterona no se recomiendan para los hombres que tengan niveles normales de testosterona para su edad, ya que existe el riesgo de agrandamiento de la próstata y otros efectos secundarios. La terapia de reemplazo de testosterona está disponible en forma oral y como parches para la piel.
Implantes de pene
Hay tres tipos de implantes usados para tratar la disfunción eréctil, que incluyen los siguientes:
Bomba hidráulica - se colocan una bomba y dos cilindros dentro de las cámaras de erección del pene, lo cual causa la erección descargando una solución salina; para bajar la erección la bomba también puede retirar la solución.
Prótesis - se colocan dos varillas semirrígidas pero moldeables dentro de las cámaras de erección del pene, las cuales permiten manipularlo en la posición de erección o de no erección.
Hormas plásticas blandas entrelazadas - estas hormas se colocan dentro de las cámaras de erección del pene y pueden inflarse o desinflarse utilizando un cable que pasa a través de ellas.
La causa más común de los fallos del implante del pene es la infección, y se trata con antibióticos. En algunos casos, el implante infectado deberá reemplazarse por un implante nuevo. Por los general, los implantes no se consideran hasta que no se hayan probado otros métodos de tratamiento.
Cómo sobrellevar la disfunción eréctil?
La disfunción eréctil puede traer problemas en una pareja. Muchas veces, los hombres evitarán las situaciones sexuales debido a su dolor emocional asociado con la disfunción eréctil, causándole a su pareja una sensación de rechazo o ineptitud. Es importante comunicarse abiertamente con su pareja. Algunas parejas buscan juntos un tratamiento para la disfunción eréctil, mientras que otros hombres prefieren buscar tratamiento sin el conocimiento de su pareja. La falta de comunicación es el obstáculo principal para buscar tratamiento y puede prolongar el sufrimiento. La pérdida de la capacidad de erección puede tener un efecto profundo en el hombre. Lo positivo es que la disfunción eréctil generalmente puede tratarse segura y eficazmente.
Los sentimientos de vergüenza que produce la impotencia pueden hacer que muchos hombres eviten buscar la ayuda médica que necesitan, lo que puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento de algunas condiciones subyacentes que son más graves. La impotencia en sí suele estar relacionada con una enfermedad subyacente, como las cardiopatías (o enfermedades del corazón), la diabetes, las enfermedades hepáticas u otros problemas médicos.
Ya que la impotencia puede ser un síntoma de aviso de la enfermedad coronaria progresiva, los médicos deben hacerles preguntas más directas a sus pacientes sobre su salud. Al preguntarles a los pacientes más directamente sobre su función sexual, a través de una conversación o un cuestionario durante una revisión, los médicos pueden ser capaces de detectar condiciones de salud mucho más graves más temprano.
Fuente
University of Virginia Health System
http://www.healthsystem.virginia.edu/home.html
Si desea leer más artículos sobre Disfunción Eréctil de clic en la siguiente dirección:
https://www.geosalud.com/disfuncionerectil/index.htm









