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Qué es la meningitis bacteriana?

La meningitis bacteriana suele ser una enfermedad grave. Meningitis significa inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal.

Aunque la mayoría de las personas con meningitis bacteriana se recuperan, ésta puede causar complicaciones graves como daño cerebral, pérdida de la audición o problemas de aprendizaje en el futuro.

Causas de la meningitis bacteriana 

Hay varios tipos de patógenos (gérmenes) que pueden causar meningitis bacteriana.

Algunos de los principales gérmenes que producen meningitis bacteriana en los Estados Unidos incluyen al Haemophilus influenzae (más a menudo causada por el tipo b, “Hib”), el Streptococcus pneumoniae, el Streptococcus del grupo B, la Listeria monocytogenes y la Neisseria meningitidis.

En Estados Unidos, ocurrieron cada año entre el 2003 y el 2007 alrededor de 4.100 casos de meningitis bacterianas, incluyendo 500 muertes.

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Las causas más comunes de meningitis bacteriana varían según el grupo de edad afectado:


Grupo de edad
 


Causas


Recién nacidos

 

Estreptococo del grupo B, Escherichia coli, Listeria monocytogenes

 
Bebés y los niños
 

Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Haemophilus influenzae tipo b

 
Adolescentes y los adultos jóvenes
 

Neisseria meningitidis, Streptococcus pneumoniae

 
Adultos Mayores

Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Listeria monocytogenes

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de meningitis bacteriana incluyen:

  • Edad: Los niños tienen mayor riesgo de contraer meningitis bacteriana que las personas de otros grupos de edad. Sin embargo, personas de cualquier edad pueden estar en riesgo. Vea la tabla anterior para conocer cuales son los agentes patógenos que más comúnmente afectan a las personas según el grupo de edad.
     
  • Ambiente/Condiciones de la comunidad: Las enfermedades infecciosas tienden a diseminarse más rápidamente en los lugares donde se reúnen grupos más grandes de personas. Los estudiantes universitarios que viven en residencias estudiantiles y los militares que viven en barracas se encuentran en mayor riesgo de contraer meningitis meningocócica.
     
  • Ciertas condiciones médicas: Hay ciertas enfermedades, medicamentos y procedimientos quirúrgicos que pueden debilitar el sistema inmune o aumentar el riesgo de meningitis de otras maneras.
     
  • Trabajar con los agentes patógenos que causan meningitis: Los microbiólogos que están expuestos rutinariamente a los agentes patógenos que causan la meningitis están en mayor riesgo.
     
  • Viajar: Las personas que viajen al “cinturón de la meningitis” en África subsahariana pueden estar en riesgo de contraer meningitis meningocócica, especialmente durante la estación seca. También están en riesgo de contraer meningitis meningocócica los viajeros que visitan La Meca (ubicada en Arabia Saudita) durante peregrinación anual del Hajj y Umrah.
     

Transmisión de la meningitis bacteriana 

Los gérmenes que causan la meningitis bacteriana pueden ser contagiosos. Algunas bacterias pueden diseminarse a través del intercambio de secreciones respiratorias y la garganta (por ejemplo, besos). Afortunadamente, la mayoría de las bacterias que causan la meningitis no son tan contagiosas como el resfriado común o la gripe. Además, las bacterias no se contagian por contacto casual o por respirar el aire donde una persona con meningitis ha estado.

Otras bacterias que causan la meningitis no se transmiten de persona a persona, pero pueden causar la enfermedad cuando la persona tiene ciertos factores de riesgo (por ejemplo, un sistema inmunológico débil o trauma en la cabeza). A diferencia de otras formas de contraer meningitis bacteriana, se puede padecer meningitis bacteriana por el consumo de alimentos contaminados con Listeria monocytogenes.

A veces las bacterias que causan la meningitis se propagan a otras personas. Esto suele suceder cuando hay contacto íntimo o prolongado con una persona enferma en el hogar o centro de cuidado infantil (guarderías/kínder), o si tuvieron contacto directo con las secreciones orales de un paciente enfermo (como un novio o novia).

Las personas que califican como un “contacto cercano” con una persona con meningitis o la meningitis debido Haemophilus influenzae tipo b (Hib), se encuentran en mayor riesgo de contraer la enfermedad y pueden necesitar antibióticos (ver Prevención). Los contactos cercanos de una persona con meningitis causada por otras bacterias como Streptococcus pneumoniae, no necesitan antibióticos. Dígale a su médico si usted cree que ha estado expuesto a una persona con meningitis.

Las personas sanas pueden portar la bacteria en la nariz o en la garganta sin enfermarse. Raramente, estas bacterias pueden invadir el cuerpo y causar enfermedad. La mayoría de las personas que 'llevan o portan' las bacterias nunca se enferman.
 

Signos y síntomas de la meningitis bacteriana 

La infección por meningitis puede aparecer en una persona con un inicio repentino de fiebre, dolor de cabeza y rigidez en el cuello. Se suelen presentar otros síntomas, tales como:

  • Náusea
  • Vómitos
  • Aumento de la sensibilidad a la luz (fotofobia)
  • Alteración del estado mental (confusión)

Los síntomas de la meningitis bacteriana pueden aparecer rápidamente o en el transcurso de varios días. Normalmente se desarrollan dentro de los primeros 3 a 7 días después de la exposición.

Los bebés menores de un mes de edad corren un mayor riesgo de padecer infecciones graves, como la meningitis, que los niños mayores. En los recién nacidos y los bebés, los síntomas clásicos de fiebre, dolor de cabeza y rigidez en el cuello pueden estar ausentes o ser difíciles de notar.

El bebé puede parecer lento o inactivo (falta de respuesta), estar irritable sin razón aparente, tener vómito o una alimentación deficiente (pérdida de apetito). En los niños pequeños, los médicos pueden buscar una fontanela abultada (punto blando en la cabeza del bebé) o buscar reflejos anormales, que también pueden ser signos de meningitis. Si cree que su bebé tiene alguno de estos síntomas, llame al doctor o a la clínica de inmediato.

Los síntomas tardíos de la meningitis bacteriana pueden ser muy graves (por ejemplo, convulsiones, coma). Por esta razón, cualquier persona que piensa que puede tener meningitis debe ver a un médico tan pronto como sea posible.
 

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Diagnóstico de la meningitis bacteriana 

Si se sospecha de meningitis, se recogen muestras de sangre o de líquido cefalorraquídeo (cerca de la médula espinal) y se envían al laboratorio para su análisis. Es importante saber la causa específica de la meningitis debido a que ayuda a los médicos a comprender cómo tratar la enfermedad, y posiblemente que tan grave puede ser la enfermedad. En el caso de las meningitis bacterianas, los antibióticos pueden ayudar a prevenir enfermedades graves y a reducir la propagación de la infección de persona a persona.

Si hay bacterias presentes, a menudo pueden ser cultivadas (cultivo  con prueba de sensibilidad antibiótica). El cultivo o crecimiento de las bacterias en el laboratorio es importante para confirmar la presencia de las bacterias, identificar el tipo específico de bacteria que está causando la infección, y decidir qué antibiótico funciona mejor. A veces otras pruebas pueden encontrar e identificar la bacteria si los cultivos no fueron útiles.

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Tratamiento de la meningitis bacteriana 

La meningitis bacteriana se puede tratar eficazmente con antibióticos. Es importante que se inicie el tratamiento tan pronto como sea posible. El tratamiento antibiótico adecuado de los tipos más comunes de meningitis bacteriana debería reducir el riesgo de morir de meningitis a valores por debajo del 15%, aunque el riesgo sigue siendo más alto entre los niños pequeños y los ancianos.
 

Prevención de la meningitis bacteriana 

La manera más efectiva para protegerse y proteger a su hijo contra ciertos tipos de meningitis bacteriana es completar el esquema de vacunación recomendado. Existen vacunas para los tres tipos de bacterias que causan la meningitis:

  • Neisseria meningitidis (meningococo)

  • Streptococcus pneumoniae (neumococo)

  • Haemophilus influenzae tipo b (Hib).

Se pueden recomendar antibióticos para los contactos cercanos de personas que padecen de meningitis meningocócica.

Los antibióticos también pueden ser recomendados para toda la familia si un miembro de la familia desarrolla una infección grave debida al Haemophilus influenzae tipo b (Hib) y hay una persona de alto riesgo en la casa (niños o ancianos). Esto es para reducir el riesgo de propagación de la enfermedad a una persona de alto riesgo, puesto que están en mayor riesgo de padecer la enfermedad grave. Su médico o departamento de salud local le dirá si hay una persona de alto riesgo en su casa y se necesitan antibióticos.

Mantener hábitos saludables, como no fumar y evitar el humo del cigarrillo, descansar lo suficiente y no entrar en contacto cercano con personas que estén enfermas, también puede ayudar. Esto es especialmente importante para los niños pequeños, los ancianos, o para aquellos con un sistema inmune debilitado, puesto que están en mayor riesgo de enfermedad grave.

Meningitis y Embarazo

Las mujeres embarazadas tienen mayor riesgo de desarrollar listeriosis (causada por la bacteria Listeria monocytogenes). Las mujeres embarazadas suelen experimentar sólo una leve enfermedad similar a la gripe con la infección por Listeria. Sin embargo, las infecciones durante el embarazo pueden causar aborto involuntario, muerte fetal, parto prematuro o incluso una infección potencialmente mortal en el recién nacido, incluyendo la meningitis.

Las mujeres embarazadas que dan positivo para Streptococcus del grupo B (estreptococo del grupo B) pueden transmitir la bacteria a su bebé, por lo general durante el parto y el nacimiento. Un recién nacido infectado con la bacteria estreptococo del grupo B puede desarrollar meningitis u otras infecciones que amenazan la vida poco después del nacimiento.

Usted puede reducir su riesgo de contraer meningitis causada por Listeria monocytogenes al aprender qué alimentos evitar y cómo preparar y refrigerar los alimentos con seguridad. Si está embarazada, debe hacerse la prueba de detección del estreptococo del grupo B entre las 35 y 37 semanas. A las mujeres que dan positivo para el estreptococo del grupo B se le administrarán antibióticos durante el parto para prevenir la infección en el recién nacido.

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Autor: Dr. Carlos Muñoz Retana

​Actualizado: 4 de Enero, 2019

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