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Orientación sexual o preferencia de género

Qué es la orientación sexual o la preferencia de género?

Algunos de los elementos constitutivos más importantes de la sexualidad humana son:

  • El sexo, que corresponde a la dimensión biológica.
  • El género y los papeles o  roles genéricos, que corresponden a la dimensión social.
  • La identidad sexogenérica que corresponde a la dimensión psicológica, y dentro de esta última la orientación sexual o la preferencia de género.
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En el ámbito de la sexualidad humana, la capacidad responsiva para establecer relaciones interpersonales se da mediante la acción y el efecto de generar fuerzas para la atracción hacia sí o hacia otro, y los niveles de respuesta de un individuo ante los estímulos obtenidos por la imaginación, por la vista, por el contacto con otro ser humano, etc., lo podrían llevar a establecer cierto tipo de relaciones interpersonales o relaciones erótico-sexuales con personas específicas, denominándosele a esta condición orientación sexual o preferencia de género.

Existe una gran controversia para utilizar el término orientación sexual o para utilizar el término preferencia de género.

Si bien es cierto que las personas poco intervenimos en la decisión de ser heterosexuales, bisexuales u homosexuales y que por lo tanto podemos hablar de una orientación del deseo sexual, también es cierto que en algún momento todos y cada uno de nosotros preferimos relacionarnos tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas ya sea de nuestro mismo género, del género reproductivamente complementario o con ambas, por lo que tenemos la posibilidad de elegir entre varias opciones.

Y por su parte, utilizo la palabra género porque cuando menos en una primera instancia lo que percibimos en una persona es su género, mientras que su sexo tan solo podemos inferirlo a partir de lo que vemos.

Nadie decide ser heterosexual, bisexual u homosexual, por lo que podemos hablar de una orien­tación del deseo sexual.

Hasta la fecha nadie ha podido cambiar la orientación del deseo sexual de nadie a través de ningún medio, por lo que podemos deducir que la orientación del deseo sexual es innata y no adquirida.

Pero en algún momento todos preferimos relacionarnos tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas ya sea de nuestro mismo género, del género reproductivamente complementario o con ambas, por lo que tenemos la posibilidad de elegir entre varias opciones.

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Por lo tanto la orientación sexual es innata, la preferencia genérica es adquirida, es una conse­cuencia de la orientación sexual, y ambos términos caben en la misma persona pero en momentos diferentes.

El término preferencia sexual se puede emplear para las actividades sexuales que más nos gusten o que prefiramos.

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Por ejemplo, podemos preferir tener relaciones sexuales en ciertos lugares que en otros, determinados juegos sexuales, tales o cuales posiciones, etc. independientemente del sexo de nuestra pareja y no tiene nada que ver con la orientación sexual ni con la preferencia de género.

También es muy importante aclarar que la orientación sexual o la preferencia de género no es sinónimo de identidad sexual.

La identidad sexual es la identificación de una persona con su sexo biológico, que puede ser concordante o discordante, y también se le puede llamar identidad sexo genérica cuando además de identificarse con su sexo se identifica con su género.

Una cosa es identificarse con la envoltura con la que se nació y otra cosa es si a uno le gustan los hombres, las mujeres a ambos.

La orientación sexual o la preferencia de género puede llevar a la acción de relacionarse con los demás ya sea a nivel no erótico en búsqueda tan sólo de una interrelación afectiva, o bien a nivel erótico cuando esta va aunada a una serie de respuestas fisiológicas que la persona interpreta como excitación sexual, y en su caso, como orgasmo.

Dependiendo de la persona o de las con las cuales nos relacionamos, ya sean hombres, mujeres o ambos, tenemos la posibilidad de movernos en tres diferentes aunque complementarias orientacio­nes sexuales:

  • La orientación homosexual, que es la capacidad para relacionarse tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas del mismo género o del mismo sexo.
  • La orientación heterosexual, que es la capacidad para relacionarse tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas de otro género o del sexo reproductivamente complementario.
  • Y la orientación bisexual, en donde indistintamente o por momentos específicos las personas tienen la capacidad para relacionarse afectiva, emocional y eróticamente tanto con miembros de su propio género o sexo como con los del otro género o del sexo reproductivamente complementario, y esto puede ocurrir alternadamente o al mismo tiempo.

Para Alfred Kinsey la orientación sexual o la preferencia genérica está determinada por la actividad sexual que tengan las personas, para Álvarez-Gayou la orientación sexual o la preferencia genérica está determinada por la atracción física que se tenga por las personas, y para Héctor Castillo Ortiz la orientación sexual o la preferencia genérica está determinada por la capacidad de enamoramiento ya sea hacia una persona del mismo género o sexo, hacia una persona del otro género o del sexo reproductivamente complementario, o hacia ambas.

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Algunas personas asocian determinadas prácticas sexuales con determinada orientación sexual, como si hubiera una relación directa entre ellas, pero de ninguna manera es así.

Por ejemplo, muchas personas creen que la estimulación anal en un hombre es una práctica típicamente homosexual; pero hay muchos hombres homosexuales que nunca la han practicado y hay hombres heterosexuales a los que les gusta que una mujer los estimule analmente ya sea con los dedos, con la lengua o con algún objeto.

Una cosa es el placer de la estimulación anal o de la penetración anal, y otra cosa es quién te gusta que te la realice: Un hombre heterosexual va a querer que su compañera lo haga, un hombre homosexual querrá que lo haga su compañero y uno bisexual querrá que lo haga la pareja con la que esté en ese momento, hombre o mujer.

La orientación sexual o la preferencia de género se refiere a con quién me relaciono (en este caso sexualmente), la práctica sexual se refiere a qué me gusta hacer o que me hagan sexualmente hablando, y la técnica sexual se refiere a cómo me gusta hacerlo o que me lo hagan.

La orientación sexual de una persona se establece entre los 6 y los 7 años de edad, una vez que se ha establecido su identidad sexogenérica sin importar si esta es concordante o discordante, y no cambia ni con terapias, ni con apapachos, ni con cariño, ni con castigos ni con promesas.

La orientación sexual no es un capricho de la voluntad, no es el producto de una decepción, no es producto de un abuso sexual, no es producto de una violación sexual ni es algo que se elige, sino que viene con nosotros y nos acompaña de por vida.

La única excepción que podríamos hacer son las homosexualidades pasajeras, que son aquellas que ocurren por ejemplo en los presos, en donde un hombre heterosexual puede sostener en prisión relaciones afectivas y sexuales con personas de su mismo sexo por hallarse en este medio, pero una vez fuera es totalmente reversible y vuelven a relacionarse como lo hacían previamente al encierro.

La gente no elige ser homosexual, heterosexual o bisexual: sólo descubre que lo es. De hecho, mucha gente preferiría tener una orientación sexual distinta y un claro ejemplo son los homosexuales "de clóset".

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Si la orientación sexual se eligiera y si por ejemplo los homosexuales tienen tantos problemas en esta sociedad, ¿por qué simplemente no eligen ser heterosexuales y dejan de tener tantos problemas? ¿Quién elegiría voluntariamente ser objeto de tanto rechazo social?

Así como la orientación sexual no se elige, tampoco se aprende. Hay escuelas para puros niños y escuelas para puras niñas, y no todos son homosexuales.

También hay escuelas mixtas, pero estas tampoco se salvan de la segregación, del "esto es de niñas y esto es de niños", y no todos los alumnos son heterosexuales.

Por qué a pesar de que la relación entre un hombre y una mujer muchas veces es muy difícil, tantas y tantas personas se reafirman en su heterosexualidad, y a pesar de los obstáculos se sienten completamente atraídas hacia su sexo reproductivamente complementario?

Esta reflexión nuevamente apunta a demostrar que la orientación sexual no se elige, ni se aprende, ni se puede enseñar.

Es muy importante subrayar que la orientación sexual o la preferencia de género no es lo mismo que la relación sexual.

Por un lado la orientación sexual o la preferencia de género no es una acción, ya que por ejemplo una persona puede tener determinada orientación sexual o preferencia de género aunque sea virgen y nunca haya interactuado eróticamente con nadie: uno puede saber aún en un nivel platónico si le gustan los hombres, las mujeres o ambos.

Por otro lado, una persona puede tener acciones que no correspondan a sus sentimientos, como por ejemplo, es muy común que per­sonas homosexuales se casen y mantengan relaciones heterosexuales sólo para complacer a la familia o por la presión social.

La identidad sexual, la identidad genérica, la identidad sexogenérica, el papel o el rol sexual, la orientación sexual, la preferencia genérica, la práctica sexual y el tipo de hombre y de mujer que somos son características independientes una de la otra; y juntas puedan llegar a formar parte de cualquier combinación.

Autor: Héctor Castillo Ortiz

Actualizado: 28 de agosto, 2018

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